
WASHINGTON -. ( AGENCIALAVOZ.COM ) Un plan de cinco puntos, que incluye presionar a los candidatos presidenciales Barack Obama (demócrata) y John McCain (republicano) para que presenten "un plan humano" de reforma migratoria y se abstengan de demagogia y retórica antiinmigrante fue presentado el lunes por el cardenal de Los Ángeles, California, Roger M. Mahony.
El Plan de MahonyEl religioso también pidió a los miembros del clero hacer mas por los inmigrantes de Estados Unidos, dijo The Asociated Press, y propuso un plan de cinco puntos que, además de la presión sobre los candidatos presidenciales, agrega:
Que todos los miembros del clero hablen claro y con frecuencia a los inmigrantes y refugiados, transmitiéndoles el mensaje de que "la Iglesia Católica está contigo".
Cambiar actitudes de las autoridades hacia los inmigrantes mediante la educación, aprovechando que muchos funcionarios (del gobierno federal estadounidense) son católicos.
Continuar proveyendo cuidado pastoral y servicios sociales, incluida la ayuda legal a los inmigrantes y sus familias.
Trabajar por la reforma migratoria y la reforma de las leyes que afectan a los inmigrantes y refugiados."Pese a los ataques a nuestra posición y a quienes servimos, no debemos perder la fe en la virtud de nuestra causa", dijo Mahony.
Voz que clama en la hostilidadEl prelado agregó que "la Iglesia debe mantenerse como una voz profética en un entorno cada vez más hostil, defender su mandato y acoger al foráneo".Mahony, arzobispo de una de las arquidiócesis con más fieles en Estados Unidos, formuló sus comentarios al inaugurar la Conferencia Nacional sobre Migración, un evento de cuatro días en Washington que reúne a los más connotados miembros de la jerarquía eclesiástica católica de Estados Unidos.Los asistentes, entre los cuales figuran activistas de derechos humanos de México, oirán exposiciones de funcionarios de los departamentos (ministerios) de Estado y Seguridad Interior (DHS), las agencias a cargo del cumplimiento de las políticas sobre inmigración.
También realizarán actividades en el Capitolio en busca de influir o reactivar el debate de la reforma migratoria que fracasó el año pasado por falta de apoyo bipartidista."Estamos en un momento oscuro de la historia de nuestra nación con relación a los inmigrantes, refugiados y recién llegados", dijo el Cardenal de Los Ángeles. "El fracaso de una amplia reforma apenas hace un año alentó a algunos de nuestros funcionarios elegidos a promover estrategias punitivas y usar la fuerza policial como norma e instrumento de política".Critica ley de asiloMahony señaló que se han dado "intentos de bloquear la misión de la Iglesia a través de propuestas para criminalizar a quienes se esfuercen en atender las necesidades humanas básicas de los inmigrantes", pero hizo notar que así no se resolverá el reto de la inmigración ilegal, sino que se avivará "la intolerancia, xenofobia y a veces fanatismo", destacó The Associated Press.Mahony denunció que Estados Unidos también estaba flaqueando en su misión de proteger a los refugiados."A su llegada a nuestras costas, los buscadores de asilo de todo el mundo se enfrentan a la detención o el retorno inmediato a manos de quienes los persiguen", comentó. "Vemos esto prominentemente en el caso de los haitianos, pero también otros grupos están afectados por igual".
El 21 de febrero del año pasado, durante las celebraciones del Miércoles de Ceniza, Mahony lanzó un llamado de auxilio a los niños, principalmente a los amenazados por el hambre, golpeados por el abuso, los refugiados, aquellos que no tienen techo y en especial los niños estadounidenses de padres sin papeles.En lo personal, Mahony dijo que en su lucha personal escogía a los "niños de los inmigrantes", de quienes dijo tienen necesidades "muy grandes" y que corren serios peligros "porque sus papás no tienen documentos, o porque ellos mismos no gozan de un estatuto legal".
"Muchos llegaron a nuestro país porque sus papás buscaban un futuro económico más prometedor para sus familias, y para ayudar a crear una economía más productiva para todos nosotros", recalcó.Mahony retomó nuevamente el llamado el 8 de febrero de este año, a efecto de incrementar la presión al gobierno y al Congreso por la aprobación de una reforma migratoria que incluya una vía de legalización para los 12 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.Freno a las deportacionesEl cardenal también a anunció el lanzamiento de una campa nacional anunció el comienzo una nueva campaña nacional en favor de los inmigrantes y para que el gobierno federal de Washington frene las redadas y las deportaciones.
La iniciativa, denominada "¡Dejen que nuestros padres estén con nosotros!" pretende enviar mensajes a los legisladores sobre la importancia de evitar la ruptura de las familias por la deportación de los padres y la necesidad de buscar un solución legal."Muchas familias latinas están siendo quebrantadas por estas deportaciones", recalcó la hermana Gail Young, portavoz de la campaña, al explicar a la Agencia Española de Noticias (EFE) los detalles de la iniciativa.
"Mediante la campaña queremos que muchos católicos envíen tarjetas postales a los legisladores locales y a Washington, así como a los candidatos presidenciales, para hacerlos conscientes de la crisis familiar que están sufriendo los inmigrantes".Al término de la campaña se enviaron cerca de un millón de tarjetas al Congreso con mensajes de apoyo a la reforma migratoria amplia que incluya una vía de legalización.
En los últimos tres años la reforma migratoria ha sufrido dos grandes derrotas en el Congreso y en cada una de ellas ha desatado una fuerte oleada antiinmigrante a nivel nacional.El 15 de diciembre de 2005, la Cámara de Representantes había aprobado una ley basada en un fuerte componente de seguridad nacional para blindar la frontera y criminalizar la estadía indocumentada en Estados Unidos.
Cinco meses más tarde, el 25 de mayo de 2006, el Senado aprobó otra ley que permitía legalizar a la mayoría de los 12 millones de indocumentados, quienes serían divididos en grupos:
Grupo 1: Lo integraban indocumentados que llevaban cinco años o más en el país. Ellos accederían a una residencia temporal de seis años y luego a la residencia permanente. Once años más tarde podrían solicitar la ciudadanía. Se beneficiarían 7.8 millones de inmigrantes.
Grupo 2: Lo integraban indocumentados que llevaban más de dos años y menos de cinco en el país. Ellos deberían registrarse en un puesto fronterizo y calificarían para un permiso temporal de trabajo hasta que cumplan cinco años de estadía. Se beneficiarían 3.5 millones.
Grupo 3: Lo integraban indocumentados que llevaban menos de dos años en Estados Unidos, quienes no calificarían paran ningún tipo de beneficio y deberían irse del país. Afectaría a 1.4 millón.Ambos proyectos debían ser armonizados por el Comité de Conferencia, pero el 3 de junio de 2006 el entonces liderazgo republicano dio por cancelado el debate argumentando que el plan de reforma del Senado no era congruente con las políticas de seguridad del gobierno federal.
La última batallaLa tercera semana de mayo de 2007 una comisión tripartita integrada por representantes demócratas, republicanos y de la Casa Blanca anunciaron la elaboración de una nueva propuesta de reforma que incluía, entre otras recomendaciones, una compleja vía de legalización para indocumentados que se encontraban en Estados Unidos desde el 1 de enero de 2007 y carecieran de antecedentes criminales.El Senado inició el debate el 21 de mayo, pero el 28 de junio la propuesta sucumbió ante la falta de apoyo de ambos partidos.El plan, basado también en un fuerte componente de seguridad nacional para poner fin al tráfico ilegal, recomendaba una vía de legalización que anexaba una residencia temporal de tres años, verificación de identidad, multa de $13,500 por persona y un trámite consular en el país de origen para recibir la residencia permanente.
La Iglesia Católica y organizaciones nacionales defensoras de los derechos de los inmigrantes, entre ellos el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), El Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), LULAC, NALEO, sindicatos y la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA), entre otros, condenaron la inacción del Congreso y la falta de apoyo bipartidista por encontrar una solución al tema migratorio